La unidad anatómica y funcional del tejido nervioso es la neurona, célula altamente especializada cuyas propiedades de excitabilidad y conducción son la base de las funciones del sistema.

Puede distinguirse en ella un soma o cuerpo celular en el
que se hallan los diversos orgánulos citoplasmáticos: neurosomas
(mitocondrias), aparato de Golgi, grumos de Nissi (ergatoplasma),
neurofibrillas, etc. y un núcleo voluminoso.
Del cuerpo celular arrancan dos tipos de prolongaciones, las
dendritas y un axón.
Las dendritas se ramifican en ramas de segundo y tercer
orden, cuyo calibre disminuye a medida que se alejan del cuerpo neuronal.
El axón es único y su calibre generalmente uniforme en toda
su longitud, se ramifica sólo en la proximidad de su terminación.
Existe una gran variabilidad en cuanto al tamaño de las
células nerviosas: los granos del cerebelo miden unas 5 u de diámetro, mientras
que las grandes pirámides de la corteza cerebral miden unas 130 u.
Las neuronas son un tipo de células del sistema nervioso cuya principal función
es la excitabilidad eléctrica de su membrana plasmática. Están especializadas
en la recepción de estímulos y conducción del impulso nervioso (en forma de
potencial de acción) entre ellas o con otros tipos celulares como, por ejemplo,
las fibras musculares de la placa motora. Altamente diferenciadas, la mayoría
de las neuronas no se dividen una vez alcanzada su madurez; no obstante, una
minoría sí lo hace.
Las neuronas presentan unas características morfológicas
típicas que sustentan sus funciones: un cuerpo celular, llamado soma o
«pericarion» central; una o varias prolongaciones cortas que generalmente
transmiten impulsos hacia el soma celular, denominadas dendritas; y una
prolongación larga, denominada axón o «cilindroeje», que conduce los impulsos
desde el soma hacia otra neurona u órgano diana.
La neurogénesis en seres adultos fue descubierta apenas en
el último tercio del siglo XX. Hasta hace pocas décadas se creía que, a
diferencia de la mayoría de las otras células del organismo, las neuronas
normales en el individuo maduro no se regeneraban, excepto las células
olfatorias. Los nervios mielinados del sistema nervioso periférico también
tienen la posibilidad de regenerarse a través de la utilización del
neurolema,[cita requerida] una capa formada de los núcleos de las células de
Schwann.
La unidad anatómica y funcional del tejido nervioso es la neurona, célula altamente especializada cuyas propiedades de excitabilidad y conducción son la base de las funciones del sistema.

Puede distinguirse en ella un soma o cuerpo celular en el
que se hallan los diversos orgánulos citoplasmáticos: neurosomas
(mitocondrias), aparato de Golgi, grumos de Nissi (ergatoplasma),
neurofibrillas, etc. y un núcleo voluminoso.
Del cuerpo celular arrancan dos tipos de prolongaciones, las
dendritas y un axón.
Las dendritas se ramifican en ramas de segundo y tercer
orden, cuyo calibre disminuye a medida que se alejan del cuerpo neuronal.
El axón es único y su calibre generalmente uniforme en toda
su longitud, se ramifica sólo en la proximidad de su terminación.
Existe una gran variabilidad en cuanto al tamaño de las
células nerviosas: los granos del cerebelo miden unas 5 u de diámetro, mientras
que las grandes pirámides de la corteza cerebral miden unas 130 u.
Las neuronas son un tipo de células del sistema nervioso cuya principal función
es la excitabilidad eléctrica de su membrana plasmática. Están especializadas
en la recepción de estímulos y conducción del impulso nervioso (en forma de
potencial de acción) entre ellas o con otros tipos celulares como, por ejemplo,
las fibras musculares de la placa motora. Altamente diferenciadas, la mayoría
de las neuronas no se dividen una vez alcanzada su madurez; no obstante, una
minoría sí lo hace.
Las neuronas presentan unas características morfológicas
típicas que sustentan sus funciones: un cuerpo celular, llamado soma o
«pericarion» central; una o varias prolongaciones cortas que generalmente
transmiten impulsos hacia el soma celular, denominadas dendritas; y una
prolongación larga, denominada axón o «cilindroeje», que conduce los impulsos
desde el soma hacia otra neurona u órgano diana.
La neurogénesis en seres adultos fue descubierta apenas en
el último tercio del siglo XX. Hasta hace pocas décadas se creía que, a
diferencia de la mayoría de las otras células del organismo, las neuronas
normales en el individuo maduro no se regeneraban, excepto las células
olfatorias. Los nervios mielinados del sistema nervioso periférico también
tienen la posibilidad de regenerarse a través de la utilización del
neurolema,[cita requerida] una capa formada de los núcleos de las células de
Schwann.
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